domingo, 11 de diciembre de 2011

Ruta: Sarajevo - Mostar - Dubrovnik

Mi estancia por los Balcanes no estaría completa sin pasar por Bosnia y Herzegovina. Es uno de los viajes que más ganas tenía de hacer y el que mayor impresión me ha causado.


Hay que comentar brevemente que Bosnia y Herzegovina se compone de dos entidades: la Federación de Bosnia y Herzegovina (en su mayoría bosnios, croatas y musulmanes) y la Republika Srpska (de mayoría serbia). Tanto el croata, como el serbio y el bosnio son idiomas oficiales. Dado que el serbio se escribe en cirílico se utilizan, por tanto, ambos alfabetos.

Por regiones, Bosnia corresponde a la parte norte del país, donde se encuentra Sarajevo, y Herzegovina a la parte sur, donde se encuentra Mostar.

Como las conexiones entre Croacia y Bosnia y Herzegovina son, por lo general, muy lentas, decidimos ir en avión con Croatia Airlines, ya que en tren son unas 10 horas y en coche rondará las 6 horas. Además, otra de las dificultades es que Google Maps no tiene los mapas de Bosnia y Herzegovina, así que es necesario consultar con otro proveedor, como Open Street Map. Para que luego pensemos que Google lo sabe todo...

Para entrar en Bosnia y Herzegovina basta con el documento nacional español o también el pasaporte.

Sarajevo
Capital de Bosnia y Herzegovina, está hermanada con las ciudades de Zagreb, Ljubljana, Madrid y Barcelona. Mi recomendación es pasar aquí por lo menos dos días.

Para preparar el viaje recomiendo la página Discover Sarajevo. También existe la posibilidad de hacer rutas guiadas con Sarajevo Funky Tours, aunque yo creo que sabiendo los lugares donde ir no hace falta. Para la organización del viaje creé el siguiente mapa donde marqué los sitios de interés.

Dado que Sarajevo es una ciudad extensa en longitud, para moverse por ella recomiendo coger algunos de los tranvías. Y si al montarte ves que los carteles interiores están escritos en alemán, no te asustes, es que provienen de donaciones internacionales. En 1885, Sarajevo fue la primera ciudad europea y la segunda del mundo en tener tranvía eléctrico, sin embargo, ahora sólo tiene viejos vagones austríacos, alemanes u holandeses; y es que una de las peores consecuencias de la guerra es el atraso...



Ver Sarajevo en un mapa más grande

Sarajevo tiene una gran relevancia histórica, empezando porque fue el lugar donde murió asesinado el sucesor al trono austrohúngaro Francisco Fernando y su esposa, siendo el origen de la Primera Guerra Mundial en 1914.



A finales del mismo siglo, Sarajevo vuelve a las portadas de los periódicos al declarar su independencia de Yugoslavia. En 1992, la ciudad sufrió un asedio por parte de los serbios que se prolongó durante casi cuatro años. Así empezó el vocabulario que todos relacionamos con Sarajevo: francotirador, mortero, masacre...

El día a día en la ciudad sitiada puso a prueba el ingenio y la paciencia de los habitantes. Es muy recomendable la visita al Museo de Historia, que se sitúa en la antigua Avenida de los Francotiradores y que se conserva por fuera tal y como quedó tras la guerra. Allí se pueden encontrar fotografías e inventos de una población que sobrevivía con lo poco que tenía, y un valiente ejército civil cuyo uniforme estaba compuesto por un mono y zapatillas de deporte.

Cartel que indicaba la presencia de un francotirador


A las afueras del museo, pasando el Café de Tito se encuentra un monumento a la ayuda internacional: una lata de comida gigante. Me pareció de lo más triste.


Entre las víctimas más famosas destaca una pareja, los llamados Romeo y Julieta de Sarajevo, asesinados por los disparos de un francotirador cerca de uno de los puentes sobre el río Miljacka.

Placa dedicada a las primeras víctimas de la guerra en el puente Vrbanja

Como curiosidad, descubrí que Kurt Schork, el periodista americano que relató su historia murió posteriormente en Sierra Leona en el año 2000 junto al periodista español Miguel Gil. A los periodistas que murieron en la Guerra de Yugoslavia se les conmemora con esta placa, justo al lado de la Llama Eterna.



En Sarajevo hasta hace poco habían conservado muchas de las marcas de mortero de las aceras. Las habían cubierto de cera roja y las llamaban las "Rosas de Sarajevo", sin embargo, con la remodelación de las calles muchas han desaparecido. Todavía pueden verse, por ejemplo, delante y en un lateral de la catedral católica o cerca del monumento a los niños muertos en la guerra.



Pero todavía más impresionante es el mortero sin explotar que se conserva en la entrada del túnel que construyeron los bosnios por debajo de las pistas del aeropuerto para facilitar los suministros.



A pesar de todo, la población sobrevivía, convirtiendo en rutina lo anómalo de su situación. Llegaron incluso a celebrar el concurso de belleza Miss Sarajevo 93, cuya ganadora fue Inela Nogić, quien llegó a declarar: "No tengo planes, podría estar muerta mañana".


Sarajevo todavía conserva parte de las instalaciones de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984 y mucho aprecio por Josip Broz "Tito". Para más información se puede ver en RTVE A la Carta el programa Informe Semanal sobre la figura de Tito en Sarajevo.

Y volviendo un poco al presente, nuestra llegada coincidió además con la apertura del primer Mc Donald's del país (todavía quedaban lugares así en el mundo...).

Sarajevo posee además un casco antiguo peatonal con muchísima influencia turca, pequeñas tiendas y cafés, terrazas y parques, restaurantes de kebab y gente de todas las religiones. En apenas 200 metros conviven una catedral católica, una catedral ortodoxa, una mezquita musulmana y una sinagoga judía.

Para terminar, puede consultarse el libro "Remember Sarajevo" disponible en pdf.

Mostar
Para llegar a Mostar desde Sarajevo, si no se dispone de coche, lo más conveniente es el autobús, ya que hay muchos diarios o el tren. Se pueden consultar los horarios de los trenes aquí. El precio del autobús, más la emisión del billete, fue de 18,5 marcos, unos 9,5 euros. Para el alojamiento puedo recomendar el Hostel Aksoj, con aire acondicionado y desayuno.

Mostar se encuentra a casi unos 80 kilómetros de Sarajevo. Es una pequeña ciudad famosa por su puente, construido en 1556 y destruido durante la guerra en 1993.




La huella de la guerra todavía está muy patente en Mostar. A mi juicio sufrieron bombardeos durante nueve meses, cuyo objetivo fue únicamente la destrucción por la destrucción.






Sin embargo, gracias a la ayuda internacional, sobre todo la de España, tanto el puente como muchos edificios de la ciudad han podido reconstruirse. Los españoles son especialmente bien acogidos aquí, ya que durante 15 años trabajaron un total de casi 36.000 soldados en la reconstrucción del país. La misión española terminó en 2007 y dejó tras de sí 23 fallecidos, incluido un intérprete. A ellos, Mostar les dedicó una plaza: Trg España.




Y la presencia española en Bosnia y Herzegovina no se limitó sólo a militares, también a periodistas. Entre ellos, Arturo Pérez-Reverte, corresponsal de guerra y autor de "Territorio Comanche":


"Resultaba curiosa, se dijo, la afición de los contendientes de todas las razas y colores por liquidar los símbolos religiosos del adversario. (...) No había siglos de Historia que resistieran al exógeno, la pentrita, la estupidez o la barbarie. La biblioteca de Sarajevo, por ejemplo. O la sinagoga bombardeada. O la mezquita Begova, con sus tejas de plomo de cuatro siglos alfombrando la calle Saraci. O el puente de Mostar, que tras resistir guerras e invasiones durante 427 años, no aguantó una hora de bombardeo de la artillería croata". 


Dubrovnik
Y terminando el viaje en otra de las ciudades asediadas durante la guerra, cruzamos la frontera de vuelta a Croacia. Se puede llegar desde Mostar en autobús, ya que está a unos 100 kilómetros (27 marcos, unos 14 euros). Es la ciudad más turística de toda Croacia y una de las más famosas, de hecho, mucha gente piensa que es la capital, en vez de Zagreb.

Dubrovnik con sus casi 50.000 habitantes vive prácticamente del turismo, aunque es muy estacional, pues en primavera y verano es una de las paradas obligadas de todos los cruceros que pasan por el Adriático. Esto la convierte en la ciudad más cara del país, con precios que son el doble que en Zagreb, y también la más agobiante por la cantidad de turistas.


Hay que decir que Dubrovnik es una bonito lugar y merece la pena dar la vuelta por lo alto de sus murallas (unos 2 kilómetros en total, 30-70 kunas, entre 4 y 9 euros). Sin embargo, hay que reconocer que es una ciudad un poquito artificial, ya que los bombardeos serbios destruyeron prácticamente todo el casco antiguo, que tuvo que ser reconstruido. En mi opinión, además, la ciudad está muy orientada al turista, de manera que no muestra nada de la vida croata. Para la visita recomiendo consultar la guía de In your pocket.

Regreso a Zagreb: desde Dubrovnik hay más de 600 kilómetros, lo que equivale a unas 7 horas de viaje. Lo más cómodo es regresar en avión con Croatia Airlines, que tiene vuelos diarios a la capital. Otra opción es regresar por carretera siguiendo la ruta que contaré en el siguiente post.

4 comentarios:

  1. Me vas a permitir que te corrija: la placa que aparece en la fotografía no está dedicada a los enamorados en el puente Vrbanja (Romeo y Julieta de Sarajevo), sino a las primeras vícitmas civiles del sitio de esta maravillosa ciudad el día 5 de abril de 1992: Suada Dilberovic, estudiante de Medicina (nacida en 1968) y Olga Sucic, empleada del Parlamento bosnio (nacida en 1958).

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    1. Gracias por el comentario, ya he corregido el pie de foto, tienes toda la razón.
      Un saludo

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  2. Yo también estuve en la inauguración del primer Mc Donals de la ciudad... que recuerdos, creo que coincidía con el festival de cine de Sarajevo (fueron Brad Pitt y la Jolie) te puedes creer, que estuve dos meses y no vi la lata gigante y eso que me hice más de diez cafés en el Cafe Tito , que por ciierto, menudo parque infantil con restos de la segunda guerra mundial)enhorabbuena por el blog, a ver si coincidimos el año que viene.

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  3. ¡Gracias! La verdad es que Sarajevo es una ciudad muy especial. Ya no vivo por los Balcanes, así que creo que será un poco difícil coincidir.
    Un saludo y ¡a seguir viajando!

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