Enfrente de la Facultad de Filosofía de Zagreb, en la calle Ivana Lučića, se encuentra este monumento metálico, que ya está un poco oxidado, y no viene en ninguna guía. Sin embargo, sólo hay que acercarse un poco para descubrir que las placas que cuelgan del alambre de espino contienen nombres de víctimas de la guerra. Pueden leerse, por ejemplo, las ciudades de Borovo y Vukovar, ambas situadas en la frontera con Serbia.
En esta segunda visita fue cuando me di cuenta de la cantidad de marcas de mortero que todavía hay en las calles casi veinte años después. Algunos los han intentado tapar pero se reconocen porque cuando explotan dejan alrededor unas huellas como de salpicaduras.
Las cosas estaban un poco distintas a nuestra primera visita, ya que algunas de las casas que seguían en ruinas como consecuencia de la guerra estaban siendo demolidas. Supongo que llegará un momento en el que la huella de los bombardeos no se note tanto. Aunque poco importa que así sea, porque lo que sucedió en Vukovar quedará para siempre en la memoria colectiva europea.
Este año me dio también por fotografiar ventanas durante mis viajes, algo parecido a lo que hice anteriormente con las señales. La mayoría son de Croacia, principalmente de Istria, la isla de Hvar y del Parque Natural de Lonjsko Polje.
Las ventanas me gustan porque, de alguna manera, cuentan una historia...
Por si alguno es cinéfilo y le gustaría ver películas relacionadas con los Balcanes, aquí van algunas:
- Las flores de Harrison: la trama gira en torno a un fotoperiodista de guerra y los sucesos de Vukovar. Aunque Filmaffinity y otras páginas digan en su argumento que va sobre Bosnia, no es cierto, ya que todo transcurre en Croacia.
- Guerreros: del director español Daniel Calparsoro. La trama ocurre en Kosovo y tiene como protagonistas a un grupo de militares españoles. La banda sonora es obra de la actriz y cantante Najwa Nimri.
- The Blacks: una película de hace un par de años, que trata sobre un grupo croata de fuerzas especiales durante la guerra con Bosnia; sus mayores enemigos resultan ser ellos mismos.
- La verdad oculta: estrenada este año, tiene como protagonista a Rachel Weisz. Trata sobre el tráfico de mujeres en Bosnia y Herzegovina durante la posguerra y la implicación de personal de Naciones Unidas .
Parece que Serbia se está poniendo las pilas en eso de detener y entregar a los fugitivos que cometieron crímenes y masacres durante la guerra de Yugoslavia.
Hoy recibimos la noticia de la detención de Goran Hadžić, responsable de la masacre que tuvo lugar en 1991 en Vukovar, ciudad croata fronteriza con Serbia. Al parecer le han detenido en un bosque, cerca de su casa familiar cuando intentaba vender un cuadro robado.
La matanza de los pacientes del hospital de Vukovar sigue siendo una herida abierta. De hecho el pasado mes de noviembre, por primera vez desde el fin de la guerra un presidente serbio pisaba esta ciudad y estando allí pidió perdón por las atrocidades cometidas.
Esta detención se suma a la de Ratko Mladić hace poco más de un mes y a la condena del general croata Ante Gotovina.
Esta ruta transcurre por el este de Zagreb y puede realizarse en dos días.
Slavonski Brod
Está a unos 200 kilómetros de Zagreb por la autopista A3 dirección Serbia. Es una pequeña ciudad cuyo encanto reside en las vistas del río Sava, que hace frontera natural con Bosnia-Herzegovina y los restos de una fortaleza.
Es un buen lugar para parar a desayunar antes de seguir el camino hasta Vukovar.
Vukovar
A poco más de 100 kilómetros de Slavonksi Brod. Ciudad tristemente conocida por el asedio sufrido del 25 de agosto al 18 de septiembre de 1991 por las tropas serbias y que finalizó con la masacre de los 200 pacientes del hospital.
Diecinueve años después la marca de la guerra está todavía patente en los edificios de la ciudad. Un contraste que no deja indiferente.
En la planta baja del hospital, yendo por detrás de la puerta principal se accede a un "museo" que muestra las condiciones en las que vivieron pacientes, médicos y enfermeras durante el asedio.
También impacta la visita a la Torre del Agua, que se erige como símbolo de la resistencia de la ciudad.
Por último, visita al cementerio, donde 938 cruces blancas recuerdan a los muertos del asedio. A 4 km de aquí se encuentra el lugar donde ejecutaron a los pacientes del hospital, pero ya no llegamos.
Pero Vukovar no es sólo tristeza. Su vista del Danubio, haciendo frontera con Serbia es espectacular.
Hay que decir que el 4 de noviembre de 2010 el presidente de Serbia, Boris Tadic, estuvo en Vukovar y pidió perdón a Croacia. Es el primer presidente de Serbia que visita la ciudad desde la guerra.
El 20 de julio de 2011 detuvieron y extraditaron al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) al responsable de la masacre, el serbio Goran Hadžić.
Osijek
De camino a Osijek se encuentra este tanque. En este punto se encontraron cantidad de vehículos destruidos y abandonados durante la guerra, lo que le valió el nombre a la carretera del "Cementerio de los tanques".
Por su parte, la ciudad de Osijek no tiene un gran atractivo; tiene una fortaleza, vistas del Danubio y también la huella de la destrucción de la guerra. Puede ser un buen lugar donde pasar la noche, ya que hay albergues.
Jasenovac
De vuelta a Zagreb, a unos 200 kilómetros, se encuentra esta inmensa pradera verde. Sería más bonita si no fuera porque durante la Segunda Guerra Mundial acogió el tercer campo de exterminio más importante de la historia.
Cuenta con un pequeño museo con objetos y relatos de los supervivientes. Fuera hay un tren en una vía muerta con las ventanas cerradas utilizado para el traslado de prisioneros. También se puede ir caminando hasta el monumento en forma de flor por un camino hecho con viejas traviesas de vías férreas.
Por último, como curiosidad, en Jasenovac pueblo, cerca del puente del ferrocarril se encuentra un tanque abandonado en una cuneta.
Croacia no es sólo playa y sol, también es historia.
Regreso a Zagreb: unos 190 kilómetros por autopista.