Albania o Shqiperise, que significa Tierra de Águilas. Es uno de los países más pobres de Europa como consecuencia del aislamiento provocado por un férreo comunismo que duró hasta 1992. Al contrario que Macedonia o Croacia, Albania nunca formó parte de Yugoslavia.
La frontera con Albania no pintaba muy bien. Empezamos a encontrar las primeras señales de abandono que nos acompañarían el resto del viaje...
Cruzamos la frontera a pie junto con más albaneses cargados con bolsas o que igual venían de trabajar, quién sabe. Tras hablar con los policías decidimos seguir unos 4 kilómetros por la carretera hasta un cruce, donde había más probabilidad de coger una minivan o un bus que nos llevase hasta Tirana. Hay taxis que se ofrecen llevarte pero decidimos que era mucho más interesante caminar y apenas había tráfico.
Albania está llena de búnkers abandonados, construidos por la paranoia defensiva del presidente comunista Enver Hoxha entre 1950 y 1985. Se estima que hay unos 700.000. Se pueden ver muchos en lo que ahora es el patio de una casa o una tierra de cultivo, ya que son tan pesados y tan difíciles de destruir que simplemente se convive con ellos y forman parte del paisaje.
La frontera con Albania no pintaba muy bien. Empezamos a encontrar las primeras señales de abandono que nos acompañarían el resto del viaje...
Cruzamos la frontera a pie junto con más albaneses cargados con bolsas o que igual venían de trabajar, quién sabe. Tras hablar con los policías decidimos seguir unos 4 kilómetros por la carretera hasta un cruce, donde había más probabilidad de coger una minivan o un bus que nos llevase hasta Tirana. Hay taxis que se ofrecen llevarte pero decidimos que era mucho más interesante caminar y apenas había tráfico.
Albania está llena de búnkers abandonados, construidos por la paranoia defensiva del presidente comunista Enver Hoxha entre 1950 y 1985. Se estima que hay unos 700.000. Se pueden ver muchos en lo que ahora es el patio de una casa o una tierra de cultivo, ya que son tan pesados y tan difíciles de destruir que simplemente se convive con ellos y forman parte del paisaje.
Y fotografiando Ohrid desde el otro lado del lago nos cruzamos con dos franceses que llevaban cinco meses viajando en bicicleta. Les cambiamos dinares macedonios que nos habían sobrado por euros mientras nos cuentan que su objetivo es llegar a Egipto.
Nos despedimos y al rato llegamos al cruce. Hay además una gasolinera con un hotel (está bien saberlo). Preguntamos a un muchacho que nos dijo que esperáramos al pie de la gasolinera a que pasara algún vehículo que nos llevara.
Tengo que decir que el idioma albanés es una mezcla extraña entre eslavo y latín, y que apenas coincidimos con nadie que hablara inglés, ya que el segundo idioma allí es el italiano. Está claro que con el inglés no se va a todas partes por mucho que digan...
A los diez minutos llegó una minivan azul que se ofreció a llevarnos hasta Elbasan, a unos 60 kilómetros, y de ahí nos llevarían hasta Tirana. El precio era de 300 leks por persona (unos 2 euros) hasta Elbasan y el mismo precio para llegar a Tirana, lo que hace un total de 4 euros por persona para un trayecto de unos 120 kilómetros. Aceptamos.
Viendo la forma de conducir en este país casi nos alegramos de haber dejado el coche de alquiler. En Albania el transporte de viajeros no existe apenas como un servicio, de manera que ha florecido este sistema privado de furgonetas, que resulta ser bastante eficiente y además te dejan cerca de la dirección que tú quieres, como si fuera un taxi.
Tirana
La capital de Albania estaba casi por completo en obras, una pena desde luego.
Además habíamos leído sobre la escasez de farolas y el pobre estado de las aceras, pero no es una exageración, es realidad. También se ven multitud de animales vagando por la calle y más síntomas de dejadez.
Parecía haber sufrido una explosión |
Una parte de la ciudad de Tirana, conocida como blloku (block), estuvo cerrada durante la época comunista porque era la zona donde vivían los políticos, entre ellos el presidente Hoxha. Actualmente es el barrio de moda para salir y está lleno de bares y restaurantes.
No obstante, Tirana mantiene la alegría con sus edificios pintados de colores de las formas más diversas, gracias a la iniciativa del alcalde Edi Rama.
De Tirana seguimos unos 100 kilómetros dirección norte, hasta la ciudad de Shkodër para poder llegar hasta Montenegro. Esta vez fuimos en un autocar, que aunque parezca ilógico, salían de los alrededores de la estación de trenes y no de la de autobuses. El precio fue de 300 leks por persona (unos 2 euros).
En cuanto a los leks hay que comentar que a veces los albaneses utilizan los antiguos leks al decirte el precio y en vez de 300 te dicen 3000, pero sin ánimo de estafarte todo sea dicho.
El panorama hasta Shkodër fue una sucesión de gasolineras abandonadas, chatarrerías, construcciones a medias, vacas pastando, paradas en mitad de la nada para coger o dejar gente (como ya dije antes el transporte albanés tiene sus comodidades), y también basura, mucha basura. Al parecer los albaneses acabaron tan hartos de ver limitadas sus libertades durante el comunismo que tiran desperdicios en cualquier parte.
Shkodër
Una vez en Shkodër el plan era cruzar la frontera hasta Montenegro para dormir en la ciudad de Budva, en la costa. Llegado este punto nos había quedado claro que las comunicaciones entre estos países eran complicadas, incluso entre las propias capitales, por eso desechamos la idea de llegar hasta Podgorica, la capital montenegrina.
Los Mercedes son el vehículo por excelencia en Albania, ya que tras la caída del comunismo empezaron a introducir este tipo de coches (robados) en el país. Poco después Albania sufrió una gran crisis y ya en 1999 fue el primer país de acogida para los refugiados de Kosovo. No sé si es por las ayudas internacionales que recibieron en aquel entonces y que benefició enormemente al país, pero el caso es que abundan las banderas de la Unión Europea y de Estados Unidos por todas partes.
Así que tras comer y tomar un café en el bar Real Madrid, acordamos con un taxista que nos llevara hasta Ulcinj, que resultó ser un trayecto de 1 hora para hacer poco más de 40 kilómetros, por un precio de 20 euros.
Y como no podía ser de otra manera, abandonamos Albania a bordo de un Mercedes...
Me gusta muchísimo este blog, es una forma de volver a acercarme a los Balcanes. Albania es uno de los países de esa zona que me falta por visitar. Me gustaría indicar un apunto en cuanto al idioma albanés en que se dice que es una mezcla entre eslavo y latín. El idioma albanés es indoeuropeo al igual que las lenguas eslavas y latinas, pero no guarda relación lingüísitca con esas ramas. El albanés viene de las antiguas lenguas ilirias, ya que los ilirios eran los antiguos habitantes de toda la zona balcánica, exceptuando Grecia, antes de la llegada de los eslavos procedentes del este europeo (más o menos siglo IV-V D.C.). Incluso hay discrepancias entre los y las lingüístas, ya que hay algunos indicios de que el albanés esté emparentado con las lenguas dacias, por lo que sería antíquisimo y estaba presente mucho antes de la llegada de los eslavos a los Balcanes.
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